Design Thinking, una herramienta para innovar

El “design thinking” se ha establecido en los últimos tiempos como herramienta de gran utilidad enfocada a fomentar la innovación en las organizaciones de una forma eficaz y exitosa. Esto se debe a que, gracias a su aplicación, se generan importantes beneficios en el diseño de soluciones, permitiendo a las empresas obtener mejores resultados en su comercialización.

Así, el “design thinking” se presenta como una metodología para desarrollar la innovación centrada en las personas, ofreciendo una lente a través de la cual se pueden observar los retos, detectar necesidades y, finalmente, solucionarlas. En otras palabras, el “design thinking” es una visión que recoge la sensibilidad del diseñador y su método de resolución de problemas para satisfacer las necesidades de las personas, de una forma tecnológicamente factible y comercialmente viable. Se centra en el proceso de diseño, dejando en un segundo plano el producto final, e integra enfoques de diferentes campos mediante la participación de equipos multidisciplinares. El objetivo es dar una visión diferente de cómo enfocar la resolución de problemas y descubrir de forma creativa y rápida ideas que sirvan de motor para innovar.

 

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Empatizar:

El primer paso en todo proceso de diseño, al igual que en todo proceso emprendedor, es conocer bien al consumidor, empatizar con él. Este proceso nos permite descubrir qué motivaciones tiene el público al que nos dirigimos, sus objetivos, las acciones que realiza y sobre todo qué problemas tiene. Empatizar y definir los problemas son los objetivos de esta fase. 

 

Idear:

Aquí empieza el proceso de diseño y la generación de múltiples ideas. Esta etapa sirve para crear conceptos, recursos y soluciones para elaborar prototipos innovadores. Todas las ideas son válidas y se combina todo desde el pensamiento inconsciente y consciente, pensamientos racionales y la imaginación.

Es un espacio para desarrollar brainstorms y construir ideas sobre previas ideas. En esta etapa se conciben una gran cantidad de ideas que dan muchas alternativas de donde elegir posibles soluciones en vez de encontrar una sola mejor solución. También se puede trabajar con métodos como croquis, mindmaps, prototipos y stroryboards para explicar la idea de la mejor manera.

 

Prototipar:

Tras escoger la aparentemente mejor solución, realizamos la materialización de la misma con el objetivo de compartir nuestras ideas, hacerlas tangibles con el resto del equipo, comprobar si lo que hemos pensado es útil, si el resto de personas entienden nuestra solución y sobre todo si lo que hemos pensado soluciona los problemas para los que se ha ideado. Prototipar nos permite testar, reformular, iterar y aprender. Aprender rápido nos facilita evolucionar nuestros diseños hasta conseguir lo que realmente desea el mercado, a la máxima velocidad, minimizando recursos y sobre todo riesgos.

Si queremos crear algo innovador, debemos desaprender la forma en que hemos hecho las cosas hasta ahora, distanciarnos de las ideas preconcebidas y abstraernos de las soluciones fáciles y rápidas.

 

Via Diferentis